La creación de la UNASUR generó expectativas y esperanzas en el subcontinente de un cambio estructural relevante que apunte hacia la estabilidad en todos los ámbitos. La región con mayor desigualdad social del planeta, apuesta por la integración como una herramienta para lograr una sociedad más justa y equitativa. Indudablemente, el recorrido de la integración suramericana pasa por el combate a la pobreza y la desigualdad, la inversión en educación y la participación ciudadana. El desarrollo de políticas sociales pretende disminuir la pobreza en la región para garantizar el crecimiento en todos los ámbitos y construir una sociedad más segura y justa.
En este contexto, el combate al narcotráfico y al crimen organizado en la región tiene relevancia, ya que mueve millones de euros al año y cuenta principalmente con mano de obra joven. En un círculo vicioso, la pobreza y la discriminación empujan a los más jóvenes al crimen organizado y al narcotráfico. Es la forma más fácil que encuentran de conseguir dinero, prestigio y reconocimiento en su entorno. La formación de pandillas callejeras, y el uso de armas de fuego han aumentado el número de jóvenes muertos en las grandes ciudades latinoamericanas. La violencia urbana está directamente relacionada al narcotráfico, por ese motivo es necesario entender esa realidad para poder actuar con firmeza en este ámbito, ya que el narcotráfico está unido al tráfico ilícito de armas. Lo que espera la sociedad suramericana de los líderes políticos y sus instituciones es unidad, desarrollo económico y social, donde las disputas entre países sean superadas.
Uno de los mayores problemas sociales en Suramérica es el crimen organizado y el narcotráfico, que actúan con gran capacidad de movilización y fuerza frente al Estado. Para tratar de solucionarlo, nació el 10 de agosto de 2009, el Consejo Suramericano de Lucha contra el Narcotráfico en la Reunión de Presidentes de UNASUR. Un foro de consulta, coordinación y cooperación en materia de prevención y lucha contra el problema mundial de las drogas. Durante la Presidencia Pro Tempore ecuatoriana se firmó el Estatuto del Consejo que se suscribió el 09 de abril de 2010, y marcó una nueva fase en la lucha contra el narcotráfico. Suramérica cuenta ahora con un Consejo guiado por normas comunes que pretenden unir fuerzas en el combate al tráfico de drogas ilícitas. La creación de este Consejo es un hito en la historia de una región que es considerada una de las mayores productoras de cocaína y marihuana del planeta. Las acciones de combate al narcotráfico están directamente coordinadas a las del Consejo de Defensa, debiendo intercambiar informaciones entre ambos. Los Ministros expresaron la necesidad de consolidar una visión integral del fenómeno de la violencia, que promoviese el uso de instrumentos de prevención y control. En este sentido, fomentar la coordinación interinstitucional y la formación y capacitación de recursos humanos, con vistas a optimizar las acciones nacionales y regionales podría ser de gran ayuda.