El Consejo de Defensa fue creado oficialmente en la reunión de Presidentes de UNASUR que se celebró en Costa do Sauípe, Brasil, el 16 de diciembre de 2008. Es un mecanismo de consulta, cooperación y coordinación en materia de defensa y tiene como objetivo consolidar América del Sur como una zona de paz, construir una identidad suramericana en defensa y fortalecer la cooperación buscando alcanzar consensos. Los principios más importantes que guían el Consejo de Defensa son: respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de los Estados, la no intervención en sus asuntos internos y a la autodeterminación de los pueblos. Ratifica la plena vigencia de las instituciones democráticas, el respeto a los derechos humanos y el rechazo a grupos armados.

El Consejo está formado por los Ministros de Defensa, apoyados por sus viceministros, representantes y asesores de los países miembros. Las reuniones tienen periodicidad anual y las ejecutivas periodicidad semestral, pudiendo realizarse juntas extraordinarias a petición de la mitad de sus miembros.  La Presidencia del Consejo corresponde al mismo país que ocupa la Presidencia Pro Tempore del bloque y tiene como responsabilidad coordinar las actividades del Consejo. Entre sus principales atribuciones se encuentran: asumir las tareas de secretaría del Consejo y demás instancias de trabajo incluyendo la comunicación con los miembros y el envío de información de interés para los trabajos del Consejo y la elaboración de la agenda de trabajo para las reuniones ordinarias y extraordinarias del Consejo de Defensa.

El Consejo se guía por la Carta de las Naciones Unidas, por la OEA y por el Tratado Constitutivo de UNASUR y sus decisiones serán adoptadas por consenso. Los trabajos del Consejo de Seguridad deben ayudar a disminuir la desconfianza entre los países suramericanos y aumentar la cooperación en lo relacionado a la defensa y todo lo que abarca. Los acuerdos de cooperación incluirán una cláusula expresa que asegure respeto a los principios de la igualdad soberana de los Estados, de la integridad e inviolabilidad territorial y de no intervención en los asuntos internos de otros Estados. La presencia de personal militar o de armamento y de equipos provenientes de Estados de la región o extraregionales, no serán utilizados de forma que atenten contra la soberanía, la seguridad, la estabilidad y la integridad territorial de los países miembros. Asegurarán que las actividades emanadas de dichos acuerdos no tendrán efectos de ninguna naturaleza sobre el territorio y el espacio soberano de otro Estado de la Unasur. Por último cabe desatacar la importancia de conservar la zona libre de armas nucleares y asegurar que ésta tecnología sea utilizada exclusivamente para fines pacíficos.

La política de defensa suramericana se está desarrollando en un ambiente de transparencia entre los países miembros. Para fortalecer la paz en la región, los Ministros de Defensa establecieron durante el año 2009 medidas para el fomento de la confianza. Para que hubiese un intercambio de información fluido se decidió crear una red específica de datos de defensa militar, de armas, de efectivos y de ministerios. Además, los países miembros deberán informar sus gastos y presupuestos en defensa en todas sus etapas de aprobación.

En lo referente a las actividades militares internas y externas en zonas fronterizas éstas deberán ser informadas con antelación a los países miembros. Los países de UNASUR decidieron aumentar la vigilancia y el control en éstas zonas para la prevención de delitos transnacionales. Para ello, se desarrollaron sistemas de marcaje, rastreo y contrabando de armas. Con relación a los ejercicios internacionales con terceros países, se invitarán observadores de UNASUR para que participen de las maniobras. Todas las informaciones y actividades de defensa cuentan con una confidencialidad entre los ministerios y personal que las manipulan. Cabe destacar que Unasur no apoya ningún tipo de organización terrorista o personas que participen o financien este tipo de actividades.