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Agenda global de UNASUR

Todos los países que componen la UNASUR son miembros de la ONU y guían sus acciones según la organización. Para los países de América del Sur, garantizar los derechos firmados en la ONU es uno de los temas de acuerdo entre todos. La acción política suramericana viene trabajando para reforzar el multilateralismo en las relaciones internacionales y busca transformar la actualmente situación social mundial. UNASUR apoya la Declaración del Milenio firmada el 08 de septiembre de año 2000. Los países de América del Sur asumen un compromiso mundial para llegar a alcanzar los objetivos definidos en Nueva York que son: erradicar la pobreza extrema y el hambre; lograr la enseñanza primaria universal; promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna, combatir el SIDA, el paludismo y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. El documento afirma como valores determinantes para alcanzar estos objetivos: la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, el respeto de la naturaleza y la responsabilidad común.

Los objetivos del milenio son compatibles con los de la UNASUR. El Tratado Constitutivo de la UNASUR afirma que los países del bloque están convencidos de que la integración es necesaria para avanzar en el desarrollo sostenible y el bien estar de los pueblos, contribuyendo para resolver los problemas de la pobreza, exclusión social y desigualdad. Existe un consenso entre los países de América del Sur con relación a los grandes temas de la agenda global, como es el caso de la Declaración del milenio.

Los países suramericanos apoyan las acciones de la ONU e materia de defensa, sin dejar de defender una reforma en el Consejo de Seguridad al que no consideran capaz de responder a los desafíos de este siglo. El 30 de abril de 2004, se definió la Misión de Naciones Unidas a través de la Resolución 1542 del UNSC para la estabilización de Haití, conocida como MINUSTAH. Busca alcanzar un entorno seguro y estable para la población haitiana a través de un trabajo de desmovilización y reinserción para todos los grupos armados, incluidas las mujeres y los niños. En el escenario haitiano, las fuerzas armadas suramericanas tienen una participación importante en el mantenimiento de la paz en Haití. Los soldados de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay han demostrado su solidaridad con el país caribeño realizando una serie de actividades sociales para las comunidades locales. Brasil, conjuntamente con otros países latinoamericanos, ha empezado a sustituir el tradicional protagonismo de EE.UU. o de los países europeos para contribuir a resolver conflictos en las Américas.

Al igual que las dificultades a que se han enfrentado los países de América del Sur, la solidaridad con el pueblo de Haití viene demostrando la capacidad de las tropas suramericanas en participar en este tipo de acciones. Los países suramericanos realizan periódicamente reuniones para integrar las acciones llevadas a cabo en el país caribeño. Las tropas suramericanas normalmente realizan actividades sociales con las comunidades locales en Haití, posibilitando una mejor aceptación de su presencia en el país. En lo que se refiere al proceso político en Haití, la Misión humanitaria fomenta los principios del gobierno democrático y el desarrollo institucional, y ayuda al Gobierno en sus esfuerzos por emprender un proceso de diálogo y reconciliación nacional. Por este motivo, no se tiene fecha prevista para la salida de los cascos azules del país.

Los países de América del Sur empiezan a dar sus primeros pasos en la contribución de conflictos en su propio continente. La participación de estos países en misiones de paz internacional era impensable hace unos años. A través de la concertación política fue posible llevar las tropas de algunos países suramericanos a Haití y formular un programa de acciones conjuntas. Los países de América del Sur muestran al mundo que son capaces de articularse y organizarse para actuar conjuntamente en el escenario internacional.

Los países suramericanos buscan a través del diálogo y la concertación política acertar posiciones para actuar en los foros internacionales con más fuerza y aumentar su capacidad de negociación comercial. UNASUR trabaja la concertación política para librar algunas de las barreras impuestas en el ámbito de la OMC para la exportación de sus productos con vistas de hacer esta actividad más multilateral. Los suramericanos pretenden reforzar la práctica de construcción de acuerdos y consensos en lo que se refiere a los temas centrales de la agenda internacional.

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